Tratar de predecir el número en el que se detendrá la bola no es un entretenimiento exclusivo de hoy en día, ya que, a pesar de la aparición de nuevos juegos de ruleta online en los casinos de internet, este elemento de diversión lleva entre nosotros cientos de años. Como no podía ser de otra manera, a lo largo de tantos y tantos años de historia, son muchas las anécdotas o situaciones en las que la ruleta de casino se ha visto inmersa, pero sin duda alguna, el acontecimiento histórico más importante en el que estuvo envuelta fue en el conocido como escándalo del estraperlo, que acabó con el gobierno de la Segunda República Española un año antes de la Guerra Civil y que os narramos a continuación.

 

¿Qué es el estraperlo?

Estraperlo es el nombre utilizado para denominar a una actividad ilegal que consiste en comerciar con productos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa. Estamos hablando, pues, de actividades fraudulentas y el término también se emplea para referirse al mercado negro.

Para conocer el origen de este nombre nos tenemos que remontar al escándalo que sacudió a altas esferas políticas en España a mediados de la década de 1930, cuando a consecuencia de la llegada de la ruleta de la marca Straperlo al territorio, sucedieron una serie de hechos que cambiaron el rumbo del país.

 

La Ruleta de Estraperlo en España

Acrónimo de los apellidos de sus creadores, D. Strauss y J. Perlowitz, la ruleta desembarcó en suelo español en el año 1935. En ese momento los juegos de azar (y especialmente la ruleta) no estaban legalizados en el país, que quedaron prohibidos durante la dictadura de Primo de Rivera, ni en la mayoría de Europa, aunque numerosos juegos de ruleta lograron grandes cotas de popularidad operando al margen de los casinos. Conscientes de esto, miembros del partido radical liderado por Alejandro Lerroux, que formaban parte del gobierno de centro-derecha, se interesaron por la ruleta de estraperlo y alcanzaron un acuerdo con sus creadores para instalarla en el casino de San Sebastián. Corría 1934 cuando, gracias a su gran influencia, consiguieron sellar el acuerdo por el que percibirían suculentos porcentajes del negocio.

Con el entramado en pleno funcionamiento, la policía descubrió en cuestión de horas que, esta ruleta a la que se jugaba con 13 números, se trataba de una completa estafa manejada por medio de un botón que permitía que la banca siempre saliese beneficiada y el escándalo comenzó a ocupar titulares en la prensa de todo el país. Daniel Strauss, el empresario judío de origen holandés co-creador de la ruleta eléctrica, que meses antes había tratado sin éxito la explotación de esta ruleta en Catalunya con la negativa del president Companys, no cejó en su empeño y tras la retirada de las ruletas del casino de San Sebastián, recaló en un hotel de Mallorca con ellas para seguir con el fraudulento negocio. El establecimiento fue clausurado días después y como muestra de su malestar, Strauss envió una carta a Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, solicitando una compensación de 85.000 florines a modo de compensación por las molestias causadas.

 

El desenlace del escándalo de La Ruleta de Estraperlo

Tras la filtración y consiguiente publicación de la misiva por todos los medios de comunicación, la oposición hizo uso de ella, descubriendo que el 50 % de los beneficios iban a parar a manos de los artífices de la ruleta, mientras que el porcentaje restante se repartía entre algunos de los políticos que formaban parte del acuerdo inicial. Ante tal panorama, en 1935 se abrió una comisión parlamentaria que dictaminó la existencia de actuaciones contrarias a la austeridad y a la ética que debe ir implícita en los cargos y negocios públicos, y en octubre de ese mismo año, las cortes declararon culpables a 8 componentes del Partido Radical. La resolución arrasó con la carrera política de Lerroux y fue así como la ruleta de Estraperlo acabó con el bienio conservador.

 

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